Nunca en su vida había visto un rio, ese brillante, sinuoso animal de cuerpo entero que, en alegre persecución, atrapaba las cosas con su glu-glu, para luego dejarlas entre risas, arrojándose sobre nuevos compañeros de juegos que escapaban y eran nuevamente retenidos. Todo era como un temblor y un estremecimiento: centelleos, destellos, chisporroteos, susurros y remolinos, parloteos y burbujeos. (pág.9)
Junto a él, y con él, y encima de él, y dentro de él –dijo la Rata-. Es mi hermano y mi hermana, tías, familiares, comida, bebida y (naturalmente) lavado. Es mi mundo y no quiero ningún otro. Lo que él no tiene, no merece la pena tenerse y lo que él no sabe, no merece la pena saberse. (…) Sea invierno o verano, primavera u otoño, es siempre divertido y emocionante. (pág.12).
(…) al río que ellos conocían, y en el que confiaban, cualquiera que fuera su humor, y que nunca los asustó con sorpresas desagradables. (pág.62).
30/3/09
Transcriu tres descripcions diferents del riu.
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